En una profesión organizada es imprescindible formular y aceptar normas éticas que tengan como efecto la regulación de la actividad profesional, en todos los campos que ella abarque.
Siendo los odontólogos, profesionales de la salud, deben tener como norma primordial de su conducta, el espíritu de servicio, anteponiendo el cuidado de la salud de sus semejantes, a las comodidades o intereses personales. Esto implica además, la obligación del profesional de tratar de mejorar su habilidad técnica y sus conocimientos teóricos, durante el ejercicio de su vida profesional, manteniéndose al día con los avances de la ciencia.
Siendo deseable que en los ingresos a cargos de instituciones públicas, privadas o de cualquier naturaleza, donde el profesional realice actividad técnica, se utilice la vía de concurso.
El grado de las sanciones a aplicar por el quebrantamiento de la norma ética, dependerá del perjuicio o daño que la infracción haya causado al paciente, la sociedad, al colega o al gremio.